Solantiname
à Salpêtrière, el santo oficio.
Que asalta de la mata los enigmas
sombra dicróica
donde la novedad siboga,
el mundo por ostiones
cernido en estropajo
del estrago,
oxte musgo mayor servil larvoso,
indivisa a las ánforas del príncipe
sapos de lo ignoto.
Tiritan lentejuelas las chapitas
panderetas poso a pozo, allí
donde museo torna el sol a rojo.
Mármol en órbita gravita
presas a sí versal antojo,
párpados de arpillera
en el pulgar cartón del podio.