Ese no ver tan propio que la cadencia imprime de distancia que innova sin alguno que otro ni retorno. Desvariado el atisbo del permiso se enseñan sus hachazos limpios con silencio dejándose aprender glaciares en la noche amarrados del eco casi suelto.
Dado del mar ninguna noche desova vísperas. Orilla que al desierto vuelto furia, fuera de si, únicamente olvida quien existe. Hecho decir in abolido y piedra papel tijera presa de la borra.