La boca de comer con la que hablo
no disipa los fajos mentados con la
vista del brazo que lo puja. Ese hubo
que haber impulso de pulseada que
insiste faca preñada jeta que ni echa
semblante del empréstito a esa sed
que a sed acude sin comillas desierto
en lo que arrasa.
Cuando veo estas cajas, éxtasis.
La boca de comer con la que hablo
rebaba en rebanar el timonel de ímpetu
asestado volante intenso de manubrio
como mancuerna a conducción surtida
la guadaña de capricho por cifra
empotrado goce dizque pequeña
baba escrache relamida
en remilgos de risas
subrogantes.
Cuando veo estas cajas, éxtasis.
En declinada obscena hilacha de la bufa
la casa de la boca que habla monta en pelo
y extravía balando Ali Babá sin lluvia del
sudeste allí donde embalsama bosques de
árboles caídos graznido íspa del domie
gozne flor del crimen en jugosa marchita
del fulgor pasión auto cumplida.
En gangrenada vuelta millones de la gloria.
Cuando veo estas cajas, 2017
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