El museo del sitio es una circunferencia de borde
michelada, repleto de taxis en el país muerto en el que
no morimos, sin conductores. Curados de tinta cacatúa
de antebrazo con que Marianne Moore hizo del Bronx
tarde zoológica. Así es, Mariana, como nos gusta el poderoso
Zurita, pues porque sin hundir el énfasis vertientes sacude los
ramajes en la lengua junto a Neruda reposado e ileso en que
no hay superación ninguna. Apenas el sesgo de una esfera
sobre las salinas del cielo por sus aguas. Museo de las
zarandas con las costillas del mito en sus sombrillas
perforadas, corrugados los útiles de cal, echados
cuando se te dice güey,
ya no comas
ansias.
PINKY WARRIOR, 2022
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