viernes, 25 de enero de 2013

LAS HORAS DEL RASTRILLO


Del mar de caballo a las tranqueras.

Los pequeños rugidos 
del peso a piedrecilla.

Nombres de arena  
dados por la ola 
donde dices
todo termina siendo.

Baraja en semicírculo
bolsillo
ojos, campera de la playa. 

De aromos el relámpago del lila
noche desalienta. Estival de estibaje. 

Saber  experiencia jamás
dejó traducir su corazón nidos de loros. 

Altura profanada ambiciones 
que los segundos termos leen con sol
de hacer volarlo todo.

Silbo de la noche de tres horas de menos
echado a no dejarse donde 
no hay escritura
del sorbo.

Lo que tiende tranquera lleva el aire del silbo
al álamo de otoño. Ganar altura y achatarse
pútrida. Asimilarse muelle.

Sal que hojarasca no columpia. 
Miel solar es que no abastece.

Porque abril con las horas del rastrillo
las monedas de hierro de amaranto 
ranura obstinan páginas del huso.

Rojo anilina Colibrí. 

Sol que rebuzna hajado los atajos.





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