La infancia es el Mesías
tracción de idas sin llegar
últimos franjados husos.
Horario del jamás,
ombligo del inicio.
Asistido sin cero
tiempo del venir,
signo,
mero
descuento
o suma, hora
señalada.
Copa donde mora
el instante
arrancadero.
Pensamiento que
conspira imbéciles
sentidos de lo inocuo
entre hallazgo y alzada
donde la emoción pliega
tras pliegue el hojaldre
enmascarado de soplillos.
Oscurecen temprano los
pesebres, ramajes encendidos
de lo que los mece sin luz,
nacimiento.
Árboles reflejo de por fuego
narices en distancias de párpado.
Yeso
pintado de familias
por generaciones de plástico
y estruendo.
Nudos de plato que por sed
relámpagos del ver
indiscutible, rito.
Nombre sabido lengua cada uva
en el desconocido mar del gusto.