Ello que indiciario las nieves de Tlalpan
por la torre en mezquita el sueño abraza
librado olvido que al deseo no extingue.
Entelado hacer de huellas como la luna
el extravío domingo, destino en lo imposible,
como niebla del verde, acantilado y cerro.
Ello que de basalto, morisco el perro
de San Pedro Atocpan centinela e infancia
arrancan para siempre del cuerpo del amor.
Volcán la noche que no regresa el pueblo a
la imposible lluvia y no disuelve nada, funda
lobezna la ciudad de lava, del cuerpo sumidero.