domingo, 21 de abril de 2013

LISZT


Manos 
de la molienda obran las cuerdas. 
Cruda
viento de pollo por la piel 
de apetencias. 

Ninguna sal que sangre escriba el ojo 
en fierros que la sed la edad liquida.

Extinguido crepúsculo sin videncia
ningún regreso puente a lo terrestre
siquiera barro el cielo aproxima. 






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