Siete treinta y nueve
Campeche tiempo
despacio,
ajenidad en ritmo
de helicóptero.
Materialista hystórico
aspa la muerte
presunción premolar
hundidas las encías
al escalofrío
sueño de su otro.
Quilla de la noche.
Habla escrita
del cuerpo lumbre
en blanco sin pesar
que ata opacidad
a los extremos.
La mañana del rumbo
quilla la noche
quijada por la urbe
a marca pasos
aullido en sismo de ubre.
Arado que por griega
desmadra lo enterrado en los ojos
dista dizque, surte de lo intacto.
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