Camino en lo que cae del rosal
que arrastra el día. Espina sobre
pétalo del tallo a espinas nuevas.
Don que nada revuelto río sacude
lo que se gana de la pérdida.
Marasmos de ese yugo el sitio que
se quita de encima por anzuelos de
ojillo a mira en su látigo no pasta
por camello en las esquirlas.
Y alza el caído suelo al sueño sin
romanticismo por las ruinas cimiento
del camino, escrito del decir mal
en tendido aliento de los cuerpos.
Rosal a tren del día raíz por escabel
que estalla sol, andamio otoño en sed
su guisa paridora y muro donde ardía.
Musgo de orantes enquistada redecilla.
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