Otro pesero con la llovizna
inédita del día.
Todo a su puerto hasta la noche,
del poniente de orillas
al revuelo sin rastro.
Oriente por sus bordes
al tiempo en lo anacrónico
pasajera del frío.
Y el ritmo por las alas,
oscura carretera coladera,
del invierno que no escapa.
Pesero rotundo Cuernavaca.
Lumínica sentimental roca de brasa
de quien dice sin riestra carbonilla.
Sombría calma, sin espera, del canto que
se aloja por lejos escama impresa, rastro.
Cantos de bagre, 2014
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