Cuando el cuerpo se tiene clama en su devaneo
lo que azuza. Moviendo ese avispero en que se huye
para alcanzar sortijas.
Quien acaricia el río con la misma cadencia que se asombra
el mar del mediodía. O del grano de arroz que frecuentó
esa resta al punto que su basta hizo los lotes vástagos
de tilde y en lo tácito aniñaron perla del estragó.
Cuanto menos se quiso en los azules.
Impactos en el trazo, 2021
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