Caminar por Piedras hasta Corrientes que ya cambió
de nombre -con Rivadavia- con las calles que se funden
celestes de sólo caminar hacia el oeste que hasta cruzar
Riobamba, llega la prosa laboral al mediodía. Canoas de
puesteros, transatlánticos, veleros. Barcos. Barcazas que
lo traman surcados de inicios, de cruces, despedidas de
hundimientos. Tras el vivo del live que los impactos
despeñan en colapso del que nadie es contemporáneo.
Quilla lo real sin gajos las brazadas. Ombligo por su cauce
táctil en los grises del blanco. Cinchada por racimos contra
vientos de hierro retorcido. La memoria es eso, bola de
ceniza que ciega incesante cayendo río arriba.
Captura de pantalla, 2024
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