viernes, 8 de abril de 2011

EL NARANJA




El horizonte es un puente soluble. 
Barranca en isla de salvia.
Muelle para los ojos mientras tanto.
Remanso y ramaje. Agua de noche
que transcurre.
Mapeo bajo red de relieve
contingencia y ciudad. Espalda
contraplano.

El color descama flores que corta
en semicírculos -gajos de astro-.
Las enciende del poder: madera
litoral. Relámpago. 

Y mientras tiembla el corazón calla lo ileso.
Aquello salvavidas de la intermitencia
por las boyas.








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